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Claudia Sheinbaum, científica medioambiental y exjefa de gobierno de Ciudad de México, ganó las elecciones de su país el domingo, en una victoria arrasadora que significó dos momentos trascendentales: se convirtió en la primera mujer y la primera persona judía en ser electa a la presidencia de México.

El conteo rápido indicaba que Sheinbaum, de 61 años, se impuso en lo que las autoridades electorales indicaron que era la mayor votación en la historia del país, en la que la que han participado la cantidad más numerosa de electores y se han disputado la mayor cantidad de cargos.

Fue un cierre destacable para unas votaciones trascendentales en las que no una, sino dos mujeres se enfrentaron para liderar uno de los países más grandes del hemisferio. Y pondrá a una líder judía a la cabeza de uno de los países más poblados que son predominantemente católicos.

Sheinbaum, de izquierda, hizo campaña con la promesa de continuar el legado de su mentor y actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lo que complació a las bases de su partido, pero generó inquietud entre sus detractores. Se consideraba ampliamente que los comicios eran un referéndum sobre su liderazgo y la victoria de Sheinbaum se percibe como un claro voto de confianza para López Obrador y el partido que fundó.

López Obrador ha remodelado por completo la política mexicana. Durante su sexenio, millones de mexicanos salieron de la pobreza y el salario mínimo se duplicó. Pero también ha sido un presidente profundamente polarizador a quien se le ha criticado por la incapacidad de controlar la violencia de los cárteles, perjudicar al sistema nacional de salud y socavar persistentemente las instituciones democráticas.